*Por Lorenzo Silva
En los últimos cinco años, decenas de autores suecos de novela negra se han visto traducidos al español (y a otras muchas lenguas). El gran culpable se llama Stieg Larsson, el novelista prematuramente fallecido que con su trilogía póstuma, Millenium, rompió todos los récords de ejemplares vendidos, no sólo en España. A su estela, y en el afán de repetir el pelotazo, han venido otros muchos. Algunos otros ya estaban de antes, como Henning Mankell. Y el fenómeno Larsson llevó además al rescate editorial de grandes autores olvidados, como los precursores Maj Sjöwall y Per Wahlöö. El resultado es que en estos momentos el lector en castellano tiene a su disposición, en librerías y bibliotecas, a la práctica totalidad de la inmensa cofradía negra sueca.
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