*Por Brian Freeman
El email que mejor recuerdo de los que me han enviado mis lectores fue también el más emocional.
Hay una escena en mi segunda novela, Venganza, en la que la detective Serena Dial interroga a una mujer cuyo hijo ha muerto en un accidente. Un lector me escribió preguntándome si yo había perdido a un hijo en la vida real. Él y su mujer habían sufrido esa experiencia, y me dijo que yo había reflejado tan bien las emociones de esa situación que él estaba convencido de que yo la había vivido.
Afortunadamente, tuve que contestarle que no. No tengo hijos. Pero conservo ese email como uno de los cumplidos más grandes que he recibido como escritor, porque va directo a al corazón de lo que yo trato de conseguir: empatía. Quiero meterme en la cabeza de mis personajes, quiero que reflejen la profundidad emocional y moral de la gente real, que no sean simples caricaturas del bien y el mal.
Hoy día, puedes encontrar thrillers sobre cualquier tema. Investigación forense , espionaje industrial. Intriga política . Terrorismo. He leído muchos de esos libros y los he disfrutado, pero, tanto como lector como escritor, me he cansado de thrillers que incluyen conspiraciones mundiales y héroes que salvan al mundo.
Por el contrario, me atraen las historias oscuras e íntimas, que suceden en escenarios más pequeños. Donde la trama es intensa y se impulsa por las emociones, el sexo. Donde el deseo hace que la gente cruce líneas terribles. Donde el lector ha de imaginar qué historia hay detrás de las relaciones que terminan con violencia. Donde los héroes viven en un mundo en el que no hay elecciones fáciles. Eso es lo que me gusta leer. Eso es lo que me gusta escribir.
No me interpretéis mal. Soy un fanático del ritmo en el thriller. Nada me frustra más que un libro que se empantana en la mitad o que necesita cien páginas para empezar a moverse. Me gusta empezar en la primera página y continuar pasando páginas hasta el último giro. Pero también espero que los personajes se queden en la mente del lector. Si lo hacen, eso es empatía.
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